Caída del costo de la infraestructura digital

Caída del costo de la infraestructura digital

Frecuentemente recibimos información de una nueva técnica o una nueva invención que amplía nuestra sensación de progreso tecnológico constante: impresión 3D, nanorobots, 5G, Inteligencia artificial, internet de las cosas; por nombrar algunas.

Más allá del consenso colectivo de que la tecnología y sus derivados se expande continuamente, la mayoría de nosotros no comprende a qué ritmo realmente lo hace: creemos el fenómeno ocurre a gran velocidad cuando en realidad ocurre en forma mucho más acelerada. Estos conceptos de velocidad y aceleración suenan más adecuados para la física que para explicar un fenómeno de este tipo. Sin embargo, resultan útiles aquí ya que las personas comprendemos mejor aquellos fenómenos que crecen de manera lineal (a velocidad constante) que aquellos que crecen de forma exponencial, en forma acelerada. 

Lineal vs exponencial 

Lo que viene sucediendo desde los años 60 es que las disrupciones tecnológicas se están dando a un ritmo exponencial donde el número de innovaciones aumenta constantemente para iguales períodos de tiempo.

A su vez, la mayoría de las organizaciones que podrían aplicar dichas tecnologías a sus procesos, planifican el cambio, (en el mejor de los casos) a una velocidad constante, lineal; generando la brecha que se observa en el siguiente cuadro bajo el área de “disruption”. Las organizaciones que no logran incorporar rápida y eficazmente las innovaciones tecnológicas enfrentan un rezago con respecto a aquellas que sí lo hacen; y no logran capturar los beneficios de la economía digital. 

 

Este crecimiento exponencial se fundamenta en la observación de 3 leyes fundamentales de la digitalización:

  • Ley de Moore: observación formulada por Gordon Moore, que sugiere que cada 18 meses se duplica el número de transistores contenidos en un microprocesador, lo que supone una mayor capacidad de procesamiento y una economía de escala que abarata dicho procesamiento en forma equivalente.
  • Ley de Butter: Gerard Butter logró “predecir” cómo evolucionarán las comunicaciones y la velocidad de transmisión de la información. Así, predijo que la capacidad de la fibra óptica se duplicaría cada 9 meses. Esto, como en el caso de Moore, conlleva una significativa reducción de costes.
  • Ley Kryder: Mark Kryder postuló en el año 2005 que la cantidad de datos almacenados por centímetro cuadrado de disco duro se duplica cada 13 meses.

En definitiva, la capacidad de producir los elementos tecnológicos base para procesar, almacenar y transmitir información crece constantemente impactando fuertemente en la escalabilidad y los costos de la infraestructura digital, dado que, al cabo de tan solo 18 meses, la capacidad operativa de nuestra tecnología se duplica; comenzado rápidamente el proceso de obsolescencia sobre la ya existente.

Es importante tener presente que los costes de producción de estas componentes son solo una parte del costo final total de los equipos y servicios que se desarrollan en base a ellos. Por ejemplo, el costo de llevar conectividad a regiones montañosas o rurales difiere fundamentalmente del de ampliar la conectividad en la ciudad por razones físicas, pero también de concentración de la demanda.

En resumen, el costo de desarrollar tecnología se reduce en forma sistemática a intervalos regulares. Esto no es garantía de que consigamos productos a costos (en términos absolutos) cada vez menores. Desde la formación profesional, es importante tener esta disociación en cuenta en su planificación para proyectos de digitalización y transformación digital.